Fuimos cientos los compañeros y compañeras que participamos en la preparación de esta conferencia, elaborando los mandatos, con los ejes de campaña, las principales urgencias y por supuesto los planteos para resolverlos.

Esta postulación entraña una enorme responsabilidad, pues es la posición más visible de un proceso que se está gestando en los sectores más humildes de nuestro pueblo trabajador.

Vamos a una campaña con el firme propósito de enfrentar a los políticos capitalistas que nos hacen miserable la vida, que se arrodillan frente al FMI y gobierna a espaldas del pueblo. Vamos a sacarnos de encima a esta lacra de políticos que gobiernan a espaldas del pueblo. La satisfacción de la más mínima necesidad popular choca contra los que usan los recursos para comprar caviar, pagar dietas millonarias o comprar voluntades políticas como el pastor Bonarrico.

El pueblo trabajador no es responsable de la crisis, ni del endeudamiento serial al que nos someten. No merecemos nada de esto, por la sencilla razón de que somos quienes movemos el país, somos los que creamos las riquezas cuando embotellamos un vino, construimos una casa, levantamos la cosecha o enlatamos el tomate.

Vamos a la campaña con la firme convicción de que nos merecemos un trabajo genuino que nos permita vivir. Nos merecemos poder enviar a nuestros hijos a la escuela y a la universidad. Nos merecemos hospitales funcionando, equipados y con trabajadores bien pagos. Nos merecemos que nuestros niños vivan una infancia plena y respetada. Nos merecemos una educación pública que garantice el proceso de instrucción de los niños. Nos merecemos poder salir de vacaciones, tener un auto y una casa.

Merecemos más. Es con una izquierda popular y movilizada que podemos conseguirlo.